viernes, 20 de mayo de 2011

Comentario en un post de Rozitchner

Alejandro: “La música clásica es música de aventuras, narraciones contadas con sonidos que sin embargo no pueden ser transcriptas a hechos concretos y narrados. Las músicas más libres, que aceptan el mayor grado de arbitrariedad. Es música incomprensible, inasible, indomable: por eso se hace difícil escucharla, y por eso, para aprender a gustar de ella, hay que tolerar grados importantes de incerteza, prestarse al juego de un movimiento que no se entiende, ni puede ni debe entenderse.”

Yo: y sin embargo es cierto eso que comentó alguien acá en tu blog, si no fuese por la tiranía del concepto, la música ya hubiera reemplazado a la filosofía. El oído es el más hiperquinético de los sentidos, por lo que hay que seducirlo (con muy pocas herramientas) con mayor sutileza y con una lógica oculta, todo pasaje caótico en la música escrita es especulación narrativa. La música de hoy es una metáfora de la música antigua, pero creo que el hombre moderno siempre es una metáfora del hombre que lo antecede en la historia.

Un saldo grande.

No hay comentarios:

Publicar un comentario