martes, 13 de julio de 2010

La idea del no pensar como cualidad interpretativa

Hay un vicio dentro del jazz que es exasperante para cierto tipo de músicos un poco mas amplios genéricamente, es el vicio de respetar como un dogma ideas que tienen ya sesenta años o incluso mas de antigüedad. Hay un empecinamiento blanco en sonar como los músicos negros que lleva a que el jazz sea desde hace mas de medio siglo un intento por trascender las barreras de, nada mas y nada menos, la raza (en el buen sentido de la palabra) es decir de la cultura milenaria. La cultura africana, su desinhibición, su manera de manejar la rítmica proveniente de sus danzas y rituales es muy distinta a nuestra forma occidental de pensar la música y entre sus elementos, la rítmica. Con el tiempo y gracias a compositores casi totalmente avocados a inventar y buscar nuevos caminos, el sentido del ritmo que deviene de la música occidental ha acrecentado su brecha con respecto a las músicas afroamericanas, populares en general. Tal y como sucedió con el latín después de la caída del imperio romano, cada lenguaje se va profundizando para distintos lugares de la expresión humana.
Lo raro es, según lo que escuché, que un músico de jazz es mucho, muchísimo más dogmático que los compositores y creadores contemporáneos. El argumento de un jazzista es el de hacer música lo mas hermosa y eficaz posible con la menor cantidad de elementos, argumento muy respetable. Pero hay una cierta desconfianza para con quienes no se han ganado una especie de derecho de piso, es decir para quienes no se han pasado quince años tocando las mismas canciones tradicionales o standards, lo cual lleva obviamente a una crisis de producción que hace que los compositores busquen otros rumbos.
La idea de dogma lleva al mandamiento de no pensar para tocar mejor, es un poco lo que Dalí decía de sí mismo cuando decía “Soy demasiado inteligente para ser un buen pintor”. Esa frase siempre me hace acordar a los sectarios de la música y del resto de las artes que van con su biblia ocultando, tambien en parte, un leve o grave falta de imaginación.
Tampoco estoy del todo de acuerdo con la idea de que cualquier cosa que nunca se halla compuesto y sea novedosa. Fuese necesariamente un paso evolutivo (si es que existe la evolución) en el devenir del arte musical, pero eso es para otro momento.

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