sábado, 1 de agosto de 2009

Kreutzer, un ideal y el peso de la realidad



¿Quién era Beethoven?, ¿era clásico o romántico?, ¿la sordera le sobrevino por sífilis?, la realidad humana de ciertos personajes, artistas, científicos, gobernantes, de la historia es más intrigante y oculta que cualquier otra verdad física o científica. Se puede saber que el universo se expande, que Andrómeda chocara en una barbaridad de años con la Vía láctea pero no sabemos un secreto de alcoba entre dos personas.
¿Era esa desesperación de Beethoven que se palpita en su música nada más que la manifestación artística del ir perdiendo el sentido que le daba en cierto modo un sentido a su existencia?

Innegablemente era un neurótico tempestuoso, me hace acordar a Mingus haciendo un paralelismo que no debería. Caótico lleno de aspiraciones, agitaciones, odios, amores, persecuciones, dolor, para llegar después al triunfo final que sobreviene en los últimos movimientos de sus sinfonías, en las que la masa orquestal hace audible la plenitud de esa sensación.

Esta sonata me parece como la relación de anhelo y conflicto que hay entre la hermosa liviandad de un ideal y el corpulento y denso pero de la realidad. Que se hacen y deshacen en esta danza entre el piano y el violín.

Al escuchar obras como esta no puedo dejar de preguntarme eso, ¿Quién era Ludwig Van Beethoven?

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