miércoles, 19 de agosto de 2009

Schumann, Kinderszenen



Otra vez Horowitz, otra vez Viena, pero en cambio del impromptu de Schubert suenan las piezas de Schuman que conforman el Op. 15, las escenas de la infancia.
Estas melodías son preciosas y profundas, profundas por su añoranza, en comparación a la música de Schubert que parece expresar un disfrute del presente, Schuman en estas piezas y en las demás que conforman su obra, deja entrever una añoranza por la infancia, por la ingenuidad, casi diría por la felicidad. Schumann tuvo una vida quizá parecida a la de Van gogh, con un final en un hospital mental, con intentos de suicidio, hay una profundad de abismo, una profundidad negra en Schumann, una profundidad preciosa.

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